1. Hervir las judías. Pinchar las butifarras, por varios sitios, con la punta de un cuchillo fino y bien afilado.
 
2. Derretir la manteca de cerdo en una sartén y freír lentamente la butifarra hasta que esté dorada por ambos lados.
 
3. Retirar la butifarra de la sartén y reservarla caliente.
 
4. En la misma grasa (retirar un poco), saltear las judías blancas, bien escurridas del caldo de cocción.
 
5. Es conveniente saltearlas a fuego vivo para que se doren y no se deshagan.
 
6. Servirlas al lado de la butifarra, todo recién hecho y caliente.